miércoles, 18 de julio de 2018

lunes, 4 de junio de 2018

Soledad

Hoy decidí escribirte, quizás porque eso me permita sanar, tal vez porque así pueda hermanarme nuevamente contigo y entonces dejes de desgarrar mi alma.
Recuerdo solía buscarte, disfrutar de tu compañía, gran parte de mi vida la viví abrazado a ti, sin embargo hoy tu abrazo asfixia, tu cercanía me provoca un intenso dolor que jamás había sufrido, un pesar tan profundo que me hunde en la angustia y abre mi alma en una herida que bien podría ser mortal si el motivo para mantenerla unida no fuese tan importante.
Creo que hoy, soledad, dueles tanto, porque al fin encontré la única compañía que me niego a perder.  Porque me necesita y la necesito. Hoy soledad no sos sinónimo de tiempo para la reflexión y el gozo, hoy no traes a mi la tranquilidad de una mente calma.  Hoy me recuerdas su ausencia, sus risas, los besos, palabras y caricias que ya no están. Hoy soledad dejaste de ser una amiga y compañera para transformarte en una cruel carcelera.  Quisiera volver a hermanarme contigo, quisiera volver a disfrutar de tu compañía, pero eso ya no podrá ser, porque tu presencia significa su ausencia y su ausencia es algo que no estoy preparado ni dispuesto a resistir.
Ara, tres letras que significan tanto, tres letras que se convirtieron en un mundo, un universo, y así, despojado de ella, me doy cuenta que me encuentro flotando en un vacío tan grande e insondable en el que ni siquiera estas tu, soledad, para hacerme compañía

miércoles, 14 de febrero de 2018

El grimorio de las tres brujas - parte 1

Misterio, Rebelión y Osadía son los nombres de tres de las más poderosas entidades mágicas, a falta de una palabra suficientemente abarcativa para describirlas, que existieron alguna vez en la existencia toda. Tres… Brujas que, según cantan las leyendas, fueron las creadoras de un tesoro único del conocimiento en él vertió cada una toda cuanta sabiduría supo poseer. Un grimorio, una fuente tan vasta, tan rebosante de poder que hacía palidecer al mismo Necronomicon. Mas esta no era una obra de maldad pues tan dignas criaturas trascendían el sentido puramente mortal del bien y del mal.

Te narraré en este texto, mente hambrienta, la aventura que he vivido para dar con semejante tesoro.

Puede que el momento en que leas esto sea mi presente, pasado o futuro, pues si algo comprendí en el primer atisbo que di al Grimorio, fue que el tiempo no es más que una dimensión en la que uno puede moverse con el capricho de su voluntad. Y eso, precisamente eso, la dimensionalidad del Tiempo, es uno de los motivos por los cuales hallar el Grimorio es una tarea titánica, gigante, eterna y, a la vez, tan diminuta que sucede en un simple único y diminuto instante.

Es por lo anterior mencionado que no puedo iniciar este relato sin antes contarte el presente del Cuando en el que inicié mi búsqueda. Vuelvo a advertirte, puede que las palabras contenidas aquí sean contemporáneas, palabra extraña si las hay, a tus días, que los hechos aquí narrados y la situación descrita sea lo que vives todos los días, o que se haya convertido en historia, en leyenda o incluso haya sido olvidada. Puede también que parezcan los balbuceos de un loco o incluso que se catalogue a este texto como una historia de fantasía y ficción. Si es así, Mente Hambrienta, dejame decirte que casi con toda seguridad mi hoy sea tu futuro o el más lejano de tus pasados.

El Cuando en el que comencé a seguir la pista de este Grial, era, es o será uno en el que Hombres, Magos y Demonios habitaban un planeta llamado tierra. La civilización humana había caído, al menos en su mayoría pues los Magos no eran considerados humanos, mucho menos esas bestias caóticas llamadas Demonios, mas en realidad todos, incluidas las más elevadas entidades de luz somos ni más ni menos que Humanos. En este Cuando desde el que escribo, Mente Hambrienta, los Hombres gobiernan las nuevas ciudades, poseedores de una tecnología sumamente avanzada, tanto que hasta parece tener, y quizás las tenga, cualidades mágicas. Sin embargo al mismo tiempo se encuentran subyugados, todavía, al obscurantismo y al gobierno opresivo y tiránico que sólo un lobo puede ejercer sobre otro.

Los Demonios son dueños de la mayoría del territorio, sin embargo las antaño orgullosas ciudades se encuentran hoy ruinosas producto del abandono del Hombre y la falta de preocupación de los Demonios. Es tanto el hoy que viven estos seres que la proyección de un futuro se encuentra muy por afuera del estrecho alcance de su visión. Y así como parecen ciegos a la existencia del ilusorio presente, parece que también sufren de una congénita capacidad para voltear sus cabezas hacias el cuestionable pasado que, queriéndolo o no, ejerce su poder sobre ellos, al igual que sobre muchos de nosotros hasta que comprendemos su dualidad existencial. Es por esto, entiendo, por su exclusividad existencial en el hoy que tampoco se dignan a mantener, a reparar, interesante palabra Mente Hambrienta, repara, lo que fué creado ayer. Sólo los dos hermanos que los dirigen parecen poseer el don de la retrospectiva y la previsión, pues es sabido que en su palacio sirven Hombres que esclavizados por sus propias bajezas, después de todo sólo a través de ellas puede alguien adueñarse de nuestra sublime libertad, que realizan tareas de mantenimiento y construcción. No puedo evitar, Mente Hambrienta, que una luz se es esboce en mi rostro en forma de sonrisa, pues recuerdo como siempre el hombre sirvió al hombre, los inferiores a los superiores por supuesto, y como ahora, mañana o ayer, somos, los Hombres todos, igual de inferiores a los ojos de las bestias abismales. Este divague por la realidad social de los Demonios me lleva a pensar si no será posible acaso que aquellos dos hermanos que mencioné se encuentren más cerca de ser Hombres que el resto de los, continuando con esta falsa pero necesaria separación de Humanos, suyos. No importa Mente Hambrienta, mañana, ayer u hoy esta es la real irrealidad del cuando del que parto.

Me falta sin embargo narrar sobre una tercera casta en la que nací mas a la que ya no pertenezco y es, Mente Hambrienta, que una vez comprendida tan sólo una ínfima porción de la sabiduría contenida en el Grimorio, la Mente se expande y en su crecimiento trasciende barreras que, sin dejar transformarnos en algo distinto al Humano, nos separa con un incognoscible abismo de Magos, Demonios y Hombres.

Magos, nómadas en su mayoría, con una conciencia comunitaria no sectaria y aún así separados por su inevitable individualidad. Ay Mente Hambrienta, no me atrevo a preguntarme siquiera cuál será nuestro destino porque ese pequeño gesto puede hacer que me desplace en la dimensión del tiempo presa del capricho de mi impropia voluntad.

Oh Mente Hambrienta, cuanto cambia la comprensión de la inexistente realidad cuando uno se apropia del conocimiento verdadero que el Grimorio encierra más no esconde. Te suplico perdones el divague de mi intemporal Mente. Contaba entonces sobre los elevados Magos, conscientes de su Humanidad mas encerrados todavía en una falsa creencia de superioridad sobre el Hombre. Creencia que no carece completamente de fundamentos, aunque debes entender que estas palabras pueden contener la ponzoña de la pertenencia pues, como ya he confesado, fue aquella la casta en la que fui e incluso soy y seré, y, como dejé traslucir mas ahora confirmo, no he alcanzado todavía la liberadora y absoluta sabiduría que Osadía, Misterio y Rebelión plasmaron en el Grial, hecha ya la advertencia continuaré hablando sobre los Magos.