Hace unos días me puse a divagar, a pensar una respuesta para la pregunta ¿Qué es la existencia? O mejor dicho. ¿Qué es todo lo que existe? ¿Cuál es la relación entre todo lo que existe, cuál es su esencia? ¿Cómo pueden ser reales los principios Mentalismo y Correspondencia?
Fueron esas preguntas las que me llevaron a pensar o mejor dicho recordar algunos olvidados conceptos de la interacción molecular y de un comentario medio en broma medio en serio que dije una vez a una persona que estudiaba física. El comentario era más o menos así: ¿Sabes por qué los químicos odian a los físicos? Porque se dieron cuenta que estudiaron una ciencia que no existe, porque la química no es sino la manifestación de principios físicos.
Por otro lado el concepto que recorde es el que explica la interacción entre las cargas eléctricas y como estas uniones generan fuerzas de todo tipo, incluidas en ellas las que sostienen los enlaces moleculares.
Con esas dos ideas sencillas entendí la Matrix y entonces vi todo en binario, sólo que en lugar de ceros y unos vi cargas positivas y negativas. Siguiendo aquel camino ensayé una respuesta a aquellas preguntas. La existencia en su intimidad más recóndita se reduce a la interacción entre cargas eléctricas y, dependiendo de estas relaciones, algo existe o deja de existir. Esto también explica al menos los dos principios que son en realidad uno a mi entender. Y es que ¿Cómo se manifiesta el pensamiento en el plano físico material? A través de un impulso eléctrico que aparece en el cerebro. Entonces la expresión de nuestra Mente libera en el plano físico la esencia misma de la existencia y de acuerdo a la rata vibratoria de ese pensamiento, es decir a cómo se conjuguen o agrupen aquellas cargas la “realidad” responderá.
No dudo de lo expuesto al menos de su esencia, es una explicación que, de momento, me cuadra y me abre nuevos interrogantes. ¿Qué sucedería si lograsemos descubrir las frecuencias de todo lo que existe? ¿Seríamos entonces capaces de crear materia?
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